La cabeza da vueltas y mi brújula ha perdido todos los puntos cardinales. Pero poco a poco las nubes se despejan y el sol comienza a iluminar con el encanto del amanecer al principio de la época estival. Empiezo a notar que mi lecho no es mi cama, que Jimena no está a mi lado. Comienzo a pensar que estoy perdido, que no sé de donde vengo ni a donde voy. Y sin embargo sonrío cuando a estas visiones borrosas uno el cantar de los pájaros que revolotean locamente a mi alrededor. De repente noto que mi cuerpo se empapa de un agua que hace se desborde a través de un arroyo salvaje y sorpresivo, que viene de no sé dónde. Intento abrir los ojos medianamente y también los oídos se ponen a escuchar las tonterías inconexas de los demás. Poco a poco afino mis tarados sentidos, mientras oigo palabras y frases como “capullo, tonto, loco surrealista de escaso pelo…” ¿Y todas esas lindezas son para mi? Parece que sí, que a lo lejos escucho la voz recia de mi primo el noble pero b...
Se puede soñar a través de un viaje abierto por los espacios infinitos de la libertad, la cultura y el diálogo