Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2018

HORA BRUJA / TERTULIAS DE ROSARIO Y CHOCOLATE

La tía Cuqui, a caballo. (Dibujo: Pablo Español) A veces, demasiadas quizás, se me puede encontrar en tiempo muerto, con la mirada perdida y a la vez fija en el cielo terrícola. Da la sensación de que estoy hipnotizado. “¿En qué piensas?”, me pregunta   el capullo de Pepito Grillo con su peor   “mala milk”.   Sí, claro, me refiero a la voz de una conciencia atormentada a veces y jocosa en otras, como es la mía. En esta ocasión me pilla de una manera tan de improviso, que soy   incapaz de articular respuesta elegante, como es habitual en mi. Tan solo me sale decir que “en Mr. Donald Trump, so capullo”. “Ay, chico, -me suelta Pepito- no seas tan mal hablado. No me importa que me llames capullo, pero decir el nombre de ese americano USA, es de muy mal gusto”.   Dejo la mirada fija y me oriento allá donde creo que está este “bicho” que se ha metido en mis entrañas y suele acompañarme a todas partes, y nos ponemos a reír juntos. Por una vez sin que sirva de precedente pare

HORA BRUJA / LA PUERTA DE LOS ESPANTOS

Estoy en una casa montañesa con sabor a naturaleza salvaje, invitado  por mi amigo Pedro. La vista es hermosa en grado inimaginable, por lo que presiento que me esperan unos días de felicidad intensa. Pero mi gozo en un pozo. De repente noto unos ruidos con aires fantasmales que se salen de la monotonía, es como un siseo cortante que me va a taladrar hasta el interior más recóndito de la mente. Temo que aquí va a suceder algo jamás deseado. Los pocos cabellos y además canosos que me quedan, siento que se erizan a causa del espanto. El viento sopla ya con violencia extrema hasta alcanzar el grado de huracanado, por lo que debo tomar medidas drásticas y urgentes. El esfuerzo y el miedo provocan un estado psicótico que no hay ser humano capaz de resistir. Cierro las ventanas y tapo todas las rendijas accesibles para la luz y para el viento.  Ni una gota de aire corre por el interior de la morada y por unos instantes reina el más absoluto silencio.  Instantes después se v