FOTO: M.E. Parece que la vida se me escapa. Pero mire por donde mire me doy cuenta que al mismo tiempo estoy rodeado del buen existir y de un atrapa sueños que me lanza por los espacios más elevados que bajan suben permanentemente. Mis ilusiones son muy altas y muchas veces cierro los ojos, pero la vista me acompaña hasta la cima de la tierra, de allá hasta no se sabe donde llegan los sueños, siempre son necesarias las más altas dosis de imaginación. Sí, vuelo y vuelo, y subo sin cesar, y me siento ser un alegre soñador; uno que llega a verse incluso superando los 8.848 metros, como altitud máxima del terrícola Everest. Quiero ser el hombre más alto de este raro Planeta Azul, uno de aquellos seres que atravesando los espacios celestes ansían escenas aparentemente mágicas que dan la sensación de alcanzar un realismo no sé como debe ser calificado. Un poco loco, ya diría que estoy, pero ...
Se puede soñar a través de un viaje abierto por los espacios infinitos de la libertad, la cultura y el diálogo