Mira que te lo dije bien claro: “cuida con esmero de las gallinas, que están muy rebeldes y amenazan con extender sus alas esta noche, que es de luna llena. Además los gallos se muestran muy agresivos y dispuestos para atacar, a ver quién es más machote poniendo en marcha ese pico salvaje que va directo a la sobaquera, y ademas están dispuestos a picar en los huevos que ponen sus semejantes. Los polluelos asisten observadores para no perderse ni el más descarado pío pio de sus mayores. El crepúsculo decadente está planteado a modo de parlamento desordenado y sucio, es decir, con palos escalonados colocados de manera horizontal y semicircular. ¿Se lo imaginan? Y ademas, tal y como mandan los estatutos, el señor Pepito Gallo invita a todos parlamentarios y aprendices a hacer uso de la palabra tras abrir un firmamento estrellado en luna llena. No cabe la menor duda que el debate va a ser muy cálido, que en los escaños ya se aprecia movimiento acompañado del disparo de olores fétidos. “Pongan seriedad en sus intervenciones, que hoy vamos a tratar de los bufidos de Tarzan en el mundo animal. Naturalmente ustedes saben que Tarzan fue bípedo y se hacia entender mediante sonidos guturales, un idioma que perfeccionaron los malpensantes y mal llamados seres humanos, si, aquellos que para criticar e insultar, no dudan en manifestar entre ellos, que somos unos papanatas que juntos formamos un gallinero. A ver, ¿que Somos?. Esta muy claro: Somos unas gallinas (algunos dirán que gallinos) cargados de inteligencial. Para que luego digan...
Y en mitad del parlamento se escucha un kikiriki que se distingue _dicen_ desde la luna llena de Valencia. “La gallina papanata, ha puesto un huevo, ha puesto dos, ha puesto tres; pobrecita la gallina, que no puede caminar...”. El gallo en jefe se enfada y saca la voz de un Tarzan muy mal disimulada. Y así está que ha perdido el norte y hasta el sur, el este y el oeste. “Esto si que es un gallinero en el que no se aclara nadie, y en el que unos se hacen notar más que otros.
Luego sale a la palestra uno de esos animalitos que dicen que vuelan y arrojan sus desechos en la cesta del presidente, lo cual no parece le haga gracia.
Al final llega el jefe homínido, que lo hay, y aunque un poco mareado empieza a recoger huevos de los canastos. !Los animales ultrajados se encabritan y las gallinas clavan sus patas en las partes más sensibles. “Que brutos estos gallináceos que no sirven ni para hacer caldo. “Ay noche estrellada, ay noche de luna llena! El gallinero esta alterado desde el norte hasta que el sur. Cuidemos bien las gallinas, que a pesar del todo y a base de sonidos insultantes se alteran de una manera excesiva y sin educación. Mientras, siguen los kikirikis sin parar y los leones que custodian las puertas principales, se espantan ya en demasía haciendo gala de un apetito voraz y salvaje. La presidenta de turno apercibe al gallo rufianesco y le amenaza de expulsión del hemiciclo. No le queda más remedio a la dama gallina principal que gritar con todas las fuerzas de su garganta no cuello, o lo que sea eso de “aquí ya han acabado las advertencias. Si esas plumas no son efectivamente arrancadas una a una.
la situación puede volverse muy dura.
Hoy, la luna llena está alterada en grado superlativo y el gallinero es lo más parecido a la Torre de Babel. Mientras, los rufianescos se marchan cabreados y el shérif de Ganilandia entra con una escopeta repetidora y la emprende a tiros si piedad alguna. La gallina en pepitoria está ya casi preparada. Ustedes gustan? Bah, están locas sus señorías.
MANUEL ESPAÑOL
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