Buenas noches, me llamo Marcel y soy un proyecto de actor que hoy debuta en la ópera, nada menos que refugiándome en Wagner. Tengo la cara pintada de blanco y los labios azules. Presiento que algo muy grande me va a suceder. Los gestos de los ojos combinados con la fuerza expresiva de la comisura labial, me lanzan hacia no sé donde, se me eriza la epidermis y un soplo de inspiración me lleva a sentir la belleza de la vida. Me encuentro a punto de entrar por la puerta del fondo que da al patio de butacas del Teatro Real de Madrid, con un lleno total, y mis manos enguantadas, la izquierda de un blanco inmaculado y la derecha de un negro total como el hollín de Pedro Botero, para dar paso a una música que hechiza con fuerza arrebatadora. ¡Oh magia! es la obertura de la ópera de Tannhäusser Recorreré el pasillo central y así, hasta llegar a las inmediaciones del foso de la orquesta, allá donde los sonidos se combinan armoniosamente, n...
Se puede soñar a través de un viaje abierto por los espacios infinitos de la libertad, la cultura y el diálogo