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HORA BRUJA / PUESTA DE SOL EN EL TEIDE







Anochecer en Tenerife (M.E.)

En torno al cráter del Teide (Foto M.E.)

Mi cabeza, mis pensamientos, forman parte de una armonía alocada sin conexión aparente. Las nubes ciegan este corazón que ya lleva consigo los aires guanche que le inundan interiormente con un fuego abrasador que hace arder nuestros cerebros. Preparo las lanzas dispuestas para hacer uso guerrero de esos artilugios  que sirven  para alimentar y a la vez relajar momentos de larga tensión, tanto física como emocional. Voces guturales se escuchan por los espacios cargados de mensajes difíciles de entender, y sin direcciones concretas.  Todo son vueltas sobre uno mismo con caída final por la parte más activa de un espacio difuminado y nada nítido, pero que deslumbra, no se si en el amanecer o en una puesta de  sol dorada y explosiva con el fondo vibrante y musical puesto por Los Sabandeños, apoyados también por el dulce encanto que irradia María Dolores Pradera.Me encuentro exultante y dispuesto  estoy para adentrarme hasta lo más profundo de la  isla de Tenerife, con  sus más  de trescientos volcanes testigos de las huellas dejadas por esos hombres y mujeres del pueblo guanche, que marcaron hace muchos tiempos ya, aborígenes  como Zebenzi o Manciot, poseedores de una cultura que ha venido evolucionando a lo largo de los tiempos, si bien su espíritu originario permanece en la actualidad. Han pasado  los siglos y espero que muchos más, estos “primates” del siglo XXI que somos nosotros, todavía con nuestros pasos dubitativos  vamos descubriendo en equivocadas y a veces hasta acertadas posibilidades, siempre dispuestos para encontrar nuevas luces, en las que no se descartan aventuras ni momentos cargados de emoción.En mis deseos de conocimientos sobre la revolución marcada por los tiempos, y desde una altitud considerable en el Puerto De la Cruz, en estos momentos casi son las ocho de la tarde y el astro sol comienza a ponerse cargado de misterio y encanto. Dirijo el sentido de la vista hacia la cima del Teide  (3.718  metros de altitud) y al momento cambio de ángulo y contemplo ahora emocionado el inmenso océano Atlántico, que me hace disfrutar además con plantas de ensueño, una vegetación que juega con la magia dada su belleza sinfín que aviva la imaginación. El mío, el que tengo ante mi es un lugar privilegiado, que parece puesto a propósito para acelerar este corazón emocionado. Aquí estoy con mis aires canarios cargado de buenos sentimientos y recién llegado de  ese Toulouse que me hechiza, después de haber hecho un breve paréntesis en mi casa de Zaragoza y con enormes deseos de recreo disfrutando de las mil maravillas que nos regala esa naturaleza, imposible de ser superada por el talento y las manos del ser humano. Me acompaña, también desde tierras galas la prima Yvette, que no ha podido venir junto a su marido Joseph, todo un ingeniero aeronáutico al que le da miedo venir por los aires y dice que ha debido quedarse en Francia por razones de trabajo. Así que... ¡a volar joven! La joven es mi muy querida prima segunda o tercera, que no lo sé exactamente, ya exageradamente contagiada por su chico francés, que antes de partir nosotros de Zaragoza hacia Tenerife me ha llamado advirtiendo que “Yvette es muy lanzada hacia el vacío  y solo me fío de ella cuando viene  conmigo”. La frase del “buen gabacho”, que dice ser “cerebro” de los aparatos sucesores  del Concorde, me hace reír y al mismo tiempo me molesta, y le replico que soy todo un experto en montaña, que he participado en numerosos rescates, y me marco un farol diciendo que “soy un buen   socorrista marítimo,  y que al bombón de mi  prima la tengo en el corazón. La  cuidaré mas que a mi mismo y más que a ti, capullo. Conmigo habrá seguridad total, y en ningún momento estará sola. “Esto  último me lo creo. ¿Te acuerdas de aquellos años cuando salíamos  juntos tu y yo?  Eso sí que eran juergas! Vaya pinta que estabas hecho mi querido amigo, siempre riendo y asustando   a las chicas, y bebiendo Pernod Pastis. Te recomiendo que en Canarias no te prives de una bebida deliciosa, que es la formada por una combinación de ron con miel, que me han dicho tiene propiedades que conducen hacia un estado de euforia que te desata la mente. Y mira que tú ya de por si estás desatado... No se, pero te tengo miedo, y temo por la integridad de mi mujer que tanto te admira. Alguna artimaña deberé de planificar”Yvette y Jimena, que están juntas en la habitación donde hago como que trabajo, han activado el manos libres, y las muy cotillas se enteran de todo. No pueden aguantar más y las carcajadas a ambos lados del teléfono son constantes y desenfadadas, no sin cierto disimulo, si bien una especie de resquemor termina invadiéndole a Joseph. “Aun acabaré pasado mañana en Tenerife. Así que preparaos todos a disfrutar juntos  de ese paraíso. Momentos después, me cuenta Jimena que la prima, ante el  temor del reencuentro con su marido en el paraíso soñado, ha puesto una cara mas bien acida que invita a sospechar ante la posible  voladura del vuelo. Que la pobreta siempre ha viajado con su marido, que no le suelta ni a sol ni a sombra y ella que estaba ilusionada con lanzarse en parapente desde arriba...”El caso es que tras finalizar la conversación telefónica múltiple, Jimena, Yvette y yo llegamos al acuerdo de adelantar el viaje dos días  Mi medio limón dice que no nos preocupemos, que ella se encargara de asegurar las habitaciones para las fechas recién acordadas. ¡Y vaya que lo hace!  “Chicos _dice ella con aires alegres_ No hay problemas, tenéis reservados dos estudios para las fechas señaladas. Imagino que estaréis contentos. Por fin Gabino, podrás viajar con tu prima, tal y como era vuestro deseo. Particularmente me gustaría acompañaros, y más teniendo en cuenta del pánico del que no piensa más que en su Ivette compañera  del alma. Bien que lo siento por el bueno de Joseph. Le he dicho que no tema, que lo vuestro es tan fraternal, que os queréis de cuando erais bebés y que casi compartíais cuna. ¡Que tiempos aquellos tan gloriosos y divertidos, imagino!  Presuntos primos nos miramos fijamente con caras de un cabreo finalmente asumido con una sonrisa condescendiente, cálida y bonachona a la ve.Z  No cabe otro remedio, y más cuándo Jimena, tan dulce y cuando quiere picara, es que según el gesto algo  extraño y de temer, es que algo está  maquinando. “Mi chico _ dice mi medio limón_es cálido, valiente y aguerrido, y tu, su prima preferida puedes tener la seguridad de que estarás en buenas manos. Y un servidor, al oír esto, bien se ensancha de alegría, como si no la conociera. Si seré burro...Es la noche anterior al viaje, y tras una cena frugal, el matrimonio a su habitación, y la toulousain a la suya. “Y ahora a dormir y a descansar, que mañana será otro día”.Aquella noche nadie pegó ojo y desde el primer sueño hasta el último, todo eran inquietudes y desasosiegos. La parejita viajera deshojada su supuesta margarita con un historiado sí y otro tanto no, pensando finalmente en que dos días después se habrán  salido con la suya. ( ¡Oh amour, mon  amour!).Ya es de día, y bien ilusionados salimos del domicilio zaragozano. Jimena nos ha preparado un buen desayuno y nos despide con besos y abrazos. “Cuando lleguéis al aeropuerto de Los Rodeos, llamadme para que sepamos que está todo bien, que yo llamaré inmediatamente después a Joseph. Solos y cogidos de la mano permanecemos asidos durante todo el vuelo, eso sí salpicándonos  cariñosos achuchones a modo del soñado preludio.El caso es que, la pícara de Jimena, cálida  como un bombón de chocolate, mala como los personajes de Joan Collins, entre vuelo y llegada a Tenerife, volvió a hablar con Joseph y le expuso sus bien fundadas sospechas. Y el ingeniero aeronáutico, con su habitual rapidez mental se dedicó a desarrollar sus ideas maquiavélicas. “Puedo prometer y prometo que esta pareja de capullos no se va a salir con la suya”.Ya en nuestro hotel accedemos a las habitaciones reservadas en el piso once. En cada una dejamos los bultos varios y los respectivos equipajes. Como estamos tan cansados decidimos dormir la primera noche, en la cama que le corresponde a cada uno.  Eso sí, antes de dirigirnos a nuestros cubículos, salimos a una de las terrazas con vistas al mar, y el paisaje no pierde ser más espléndido. En medio de una noche clara, se nos filtra el majestuoso Teidede, formando un hermoso contraste con los edificios del Puerto De la Cruz, hermosamente iluminados, y a la derecha nuestra podemos ilusionarnos con el mar rompiendo sus olas en las rocas. Un largo beso y un abrazo muy profundo, y tal y como habíamos acordado, cada uno a su habitación, que “así podremos descansar, dormir mejor, y ... “mañana será otro día. Felices sueños”. Como mi costumbre habitual es la de leer un poco cada noche, antes de dejar caer la cabeza sobre la almohada, no voy a hacer la excepción, y me vuelco durante quince minutos en la lectura de un libro sobre la isla mágica, que refleja su inmenso poder de atracción. A lo largo de 1017 solo el entorno tinerfeño recibió la visita de 8,600.000 turistas activos. Pero este volcán, considerado el segundo más alto de los paises europeos. también esconde sus secretos para dar aires de misterio con su paisaje inigualable, con la boina que con tanta frecuencia tapa la cumbre y su inmenso cráter, el mismo que en 1909 asustó a toda la isla con una destructiva erupción, que por entones y hasta ahora  puso punto final a este tipo de accidentes de la naturaleza. Por fin me acuesto y caigo dormido soñando con la aventura del día siguiente, despierto varias veces y entre Jimena e Ivette no hay forma de pegar ojo. Media hora después de haber tomado la horizontal, me reincorporo y hojeo de “Antes y después”  om imágenes de “glorias” de anteriores y actuales. Entonces mi atención se para en Raquel Welch ligerita de vestido, de 1966, cuando rodó en Tenerife “Hace un millón de años”. Cierro la publicación, sonrió maliciosamente y vuelvo hacia los rayos de un Morfeo que parece estar riéndose de mí y que me causa a cierta sensación de placidez.Llega la hora de despertar y me siento saltarín y con el ánimo levantado. Ducha, traje adecuado para la faena  deportiva,  también preparado para saltos en tándem. Vamos, que ya solo me queda avisar a Ivette. Ella también está preparada. Tras el desayuno, un todoterreno nos espera para ayudarnos a realizar los correspondientes traslados. No faltan los prismáticos y la observación de esas plantas embrujadoras, de ese sol impactante que relaja y hasta altera los sentidos. Por fin llega el momento de hacer el vuelo final con el parapente, y tanto mi pareja ocasional como yo definitivamente nos ratificamos en las de de ¿disciplinas? deportivas ya pactadas y decidimos hacerlo en la modalidad de tándem. El jefe de guías que nos acompaña ve la pinta de deportistas que llevamos y nos pide que esperemos hasta el final de los miembros del grupo, si bien tenemos que aguardar a otra pareja  más que llega en nuestras mismas condiciones. Pasa una hora, pasan dos y no llega nadie más, y claro, no es cuestión de lanzarse por cuenta propia. Tampoco nos aburrimos y volvemos a hacer manitas, mientras el sol se va poniendo e invita imperiosamente a mirarnos de nuevo a los ojos. Llegan los abrazos y besos, y unos bocinazos alternados con haces de luz provocadora, hace que nos paremos en seco en el transcurso de nuestra admiración que destaca la belleza volcánica. El guía que nos había traído baja del vehículo, de nuevo tras el llega la otra pareja. “Nosotros a lo nuestro” le propongo a mi chica excursionista, si bien cuando ya estamos lanzados, dos voces pronuncian gritando nuestros nombres: las de Jimena y Joseph. Nos ponemos colorados si bien la luz es tan tenue que no se nos ve en los planos medios; por fin queremos volver a nuestra normalidad, si bien pienso que “solo nos falta que haya venido con ellos la tía Cuqui. “La tita está terminando de salir del coche y quería daros una sorpresa”, dice Jimena. Risas y aplausos por parte de la señora, que logra poner improvisadas gotas de humor compartido. Y es que Cuqui...
Se acabó la comedia y cada oveja con su pareja “Pero Cuqui no tiene pareja”, grito. “Si que tiene, y soy yo”, contesta Oliverio, el guía, que se ofrece para acompañar gentilmente a una tía feliz y con ganas de que la llevemos al baile, que aquellas tertulias de Rosario y Chocolate con cura incluido de años ha, hace tiempos que se acabaron y ya no quedan ni en el recuerdo. Pues sea. 
El sol se pone y la luna  sonríe. Suena un bolero canario y las parejas se miran con rayos de ternura contagiosa y progresiva


MANUEL ESPAÑOL




Comentarios

  1. El teide es un volcán hermoso inactivo en la actualidad, felizmente pude conocerlo de cerca luego de animarme a una larga caminata en su búsqueda, siempre es bueno guardar recuerdos de éste tipo de naturaleza, para contar en la vida.

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