La noche es limpia, luminosa y estrellada, y por los espacios infinitos, unos haces muy potentes y bellos brillan de manera especial entre las penumbras naturales. En mis oídos interiores suena ese Aleluya grandioso de Leonard Cohen, que arrastra y pone en acción mi espíritu soñador, que tanto se confunde con la realidad. ¿Dónde se encuentra la realidad?. No lo sé. Estoy muy cerca de los duendes de la noche y me incitan a viajar con ellos. Sin saber cómo, de repente siento que floto entre los múltiples puntos estelares del Universo, en un viaje onírico hacia no sé donde . No siento mi cuerpo, ni entiendo de la soledad a pesar de hallarme solo entre las estrellas. La águilas han quedado abajo. ¿Me he convertido en una masa espiritual donde no existe la gravedad, donde se me han dado unas alas invisibles para volar a mi antojo? Ni un motor, ni un pedal. Soy un vagabundo por los espacios siderales. Voy de estrella en estrella, pero sin rumbo fijo en plena sensación de in...
Se puede soñar a través de un viaje abierto por los espacios infinitos de la libertad, la cultura y el diálogo