Fuente de la Plaza del Ayuntamiento de Biescas Foto: M.E. Son las siete de la tarde y en mis montañas pelaires suena un trueno, que no sé si anuncia algo bueno o no tanto, Comienza a chispear y las gotas suenan con calidez y musicalmente al caer sobre la calle. ¿Es una melodía? Lo que no cabe la menor duda es que se trata de un sonido que aviva la mente al unísono con esos sentidos que te invitan a mirar hacia el cielo, contemplar y permanecer aferrado al hechizo que ejercen los paisajes. Un relámpago, otro trueno. Llueve tras los cristales de mi balcón y el monte está más hermoso que nunca. Es tan bello y mágico el panorama, que parecen sonar como una especie de susurro muy especial las “Cuatro Estaciones” de Vivaldi. Otro relámpago, otro trueno. El firmamento está cubierto y el olor es a tierra mojada. ¡La que va a caer! Eso, que l...
Se puede soñar a través de un viaje abierto por los espacios infinitos de la libertad, la cultura y el diálogo