Al final no pudo
ser… una vez más. Y van 5. Cinco veces he intentado escalar esta montaña con el
equipo de Cartlos Soria, cinco veces no lo he conseguido. Hace ya tiempo
aprendimos que el Dhaulagiri (8167 m), sin ser una montaña especialmente
difícil, podía resultar “correosa”. El otoño nos quedamos a tan solo 80 metros
de la cumbre, así que la conocemos bien. Eso quiere decir que, para alcanzar su
cima, hace falta que se den unas condiciones muy concretas si no quieres correr
demasiados riesgos. Por supuesto hace falta buen tiempo, incluyendo vientos
flojos, lo que no ha ocurrido durante todos estos intentos. Ahora mismo el
viento azota las tiendas del campo base con bastante fuerza, así que a 7000
metros debe ser brutal. Las otras condiciones son que, en la parte alta de la
montaña, la que está entre los 7600 y 8000, no se acumule mucha nieve ni haya
mucho hielo azul. Este año, había de las dos para aburrir. Y luego, por
supuesto, también hace falta que se esté en forma. Eso es lo único que se ha
cumplido… de hecho estamos bastantes satisfechos porque hemos sido,
posiblemente, el equipo que mejores horarios ha llevado en la montaña del total
de 30 alpinistas extranjeros que nos hemos reunido aquí.
El intento a
cumbre fue entre los días 15 y 19. Todo comenzó bien, con subidas muy eficaces
a los campamentos 1 y 2. En este último tuvimos que palear (de pala) hora y
media para desenterrar una tienda pero, como habíamos llegado a buena hora, nos
dio tiempo de sobra a descansa e hidratarnos (fundir la nieve suficiente para
beber los tres nos llevaba aproximadamente dos horas). Ese día habíamos tardado
un poco en salir y fue impresionante ver a Carlos, con 79 años, adelantar a 19
alpinistas y llegar al Campo 2 tan fresco. Al día siguiente nos dirigimos al
Campo 3 (7250m), uno de los momentos claves de la ascensión. Salimos pronto y
llegamos en 7 horas a nuestra tienda, con un viento que iba en aumento. Nos
metimos a descansar e hidratarnos mientras llegaban los otros equipos, algunos
de ellos hasta 4 horas después. Contradiciendo el parte meteorológico, el
viento fue a más y varios equipos vieron que eran incapaces de montar la tienda
en ese vendaval y en ese lugar, que tiene una pendiente superior a 50º. De
hecho, nosotros tuvimos que entrar encordados en la tienda y, una vez dentro,
soltarnos de la cuerda. La situación se fue volviendo peligrosa porque la noche
se acercaba y acogimos a nuestra tienda de tres a dos amigos granaínos,
mientras que en las demás tiendas iban haciendo lo mismo. El viento arreció y a
la hora a la que queríamos salir hacia la cumbre (20h) era imposible salir de
la tienda. Descartamos intentar la cima porque ni habíamos descansado, ni las
condiciones fueron posibles hasta las 12 de la noche (y ya era tarde para
salir), ni los sherpas estaban en condiciones después de un duro día de trabajo
a más de 7500m. Pasamos la noche como pudimos los 5 acurrucados y, a la mañana
siguiente, decidimos bajar al campo base y dar por finalizada la expedición,
pues las condiciones por encima del Campo 3 no eran aceptables para nuestro “estándar
de seguridad”. En los días siguientes algunos lo intentaron pero sin éxito.
Así que nadie
subirá al Dhaulagiri esta primavera, aumentando su fama de montaña peligrosa
(hubo una víctima mortal a comienzos de la expedición), mientras que al Everest
han subido 450 personas… pero eso ya lo sabíamos, sabíamos a dónde veníamos.
Esta montaña es espectacular y estamos contentos de haber tenido la oportunidad
de venir de nuevo, luchando contra viento y marea por cumplir nuestros sueños.
SITO CARCAVILLA
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