Ir al contenido principal

HORA BRUJA / UN ESPAÑOL CARIÑOSO EN SAN PETERSBURGO


Hoy sí que rayo en un mar bastante plano, que no tengo ideas, ni buenas ni malas. Vamos, que con este calor que hace en mi entorno se han evaporado por completo. Pero como buen aragonés con todos sus defectos, admito que soy tozudo, y erre que erre (no ERE) no me doy nunca por vencido, si bien no sé qué es mejor, porque puedo soltar un montón de tonterías inconexas y hasta sin sentido. Me salva un poco el hecho de esta locura surrealista en la que a veces me amparo; bueno, muchas veces, y hasta diría que lo mío se trata de un estado permanente. ¡Ay que ver lo que hace el calor cuando viene a destiempo! Ahora que recuerdo, de esta manera me sucedió hace exactamente dos años cuando disfruté de la oportunidad de hacer un crucero por el mar Báltico, y más concretamente de mi estancia en San Petersburgo (en torno a los seis millones de habitantes), la ciudad natal del Presidente-Zar Vladimir Putin, al que algunos súbditos idolatran, otros detestan y en ocasiones es blanco de críticas no exentas de cierto sentido del humor. Vamos, como en cualquier parte del mundo. No imaginaba que en pleno mayo pudiésemos estar allí a más de 30 grados de temperatura, lo que unido a la humedad a la que contribuye la presencia del río Volga y a la del Báltico, la atmósfera resultase un tanto irrespirable. Eso sí, disfruté tanto de las bellezas de sus monumentos (humanos e inhumanos, que ustedes me entienden), que pude sentirme muy feliz, felicidad acrecentada con mi bautismo de vodka a base de cuatro vasitos fríos que me dejaron el corazón caliente y la cabeza… bueno, mejor me callo porque es que además se me desató una euforia cariñosa que me lanzó a besar, eso sí castamente ¿...?, a cuantas mujeres se hallaban cerca de mi. Por supuesto que el vodka en mi casa está prohibido, y eso a pesar de sus propiedades vasodilatadoras. La guía Anna, muy risueña y guapa ella. llegó hasta decirme eso de “Oh, español caliente, cariñoso”, y no sé exactamente el sentido que quiso darle a la frase, que uno es muy inocente, y con esa temperatura…. De esta forma me entraron unas risas que ya no me abandonaron e todo el viaje. A mi lo que me interesaba era hablar con la gente de la calle, con vendedores ambulantes que están prohibidos, como casi en toda Europa y América, pero que las matrioskas, los huevos pintados y las postales las ofrecían a precios mucho más bajos que en los establecimientos autorizados por la autoridad competente. Y no hablaban muy mal de Putin, que en el fondo eso de que uno de su pueblo mandase en Rusia les gustaba, que además se sentían orgullosos de ser rusos, de pertenecer a un país hermoso, y al que personalmente considero un gran país con gentes muy acogedoras, si bien con funcionarios aduaneros con quienes nos encontrábamos de regreso al barco, que no hacían más que preguntar secamente y poner problemas, que por supuesto, se resuelvían. Poco a poco me fui despejando mentalmente para disfrutar intensamente del paseo en barco por el Volga, una experiencia que recomiendo a todos los viajeros y que me hizo entonar esa canción tan conocida como “Los bateleros de Volga”, eso sí, hasta que me cayó un agua refrescante del propio río, pero que me dejó calado y pronto se secó. Una de las azafatas, para compensarme del susto me ofreció otro vasito de vodka, pero Jimena, que estaba a mi lado soltó un “NO” tan rotundo, que creo se oyó hasta en Tokio sin necesidad de cables ni otros tipos de artilugios. Quise darle a Marissa un cariñoso agradecimiento por su detalle, pero a decir verdad que no me atreví, dedicándome pues a magnificar los palacios con sus fachadas doradas, sus iglesias bizantinas que iban surgiendo a nuestro paso, y así sonreír a derecha e izquierda. Eso si, disfruté al pasar por el hotel Puskin al pensar en el gran escritor ruso, así como en los grandes maestros de la literatura de ese país y que con tanta frecuencia releo. Estuve en todos los palacios posibles y quedé maravillado, pero mi impresión más grande fue cuando subí las escaleras del Hermitage, un edificio mágico y especial, que acoge las más magistrales pinturas que se puedan imaginar, y que también se puedan soñar. Kali, kakalin kankalinka, linka ya….
MANUEL ESPAÑOL

Comentarios

Entradas populares de este blog

HORA BRUJA / LUNA LLENA EN PRIMAVERA

La luna llena en primavera siempre resulta sorprendente, vista desde donde sea. Crecen las ilusiones, se ven montañas y ríos que atrapan hasta fuera de tus órbitas, mientras la mente se dispara dando vueltas y más vueltas. Ríes, lloras de emoción por lo desconocido que te parece un mundo extraño. Es el poder de la noche que ilumina, aunque no te des cuenta, por fuera y por dentro, y hasta por donde no se ve. Aprovecho esa situación desconocida y comienzo a subir por unos relieves extraños que agitan el ritmo de tus sentimientos. Poco a poco me introduzco en una zona de lagos con ninfas juguetonas y bosques salpicados por seres traviesos que te remojan,  e incluso corceles alados  que saludan desde lo alto de la atmósfera a este alocado terrícola y eterno despistado llamado Gabino.  Y mi cuerpo sonríe, asciende despacio, sin prisas, tan solo superado por la mente quieta y callada, mientras participo de una danza que invita a bailar con la imaginación. Es el...

MONTAÑISMO CARTA ABIERTA / EN EL CORAZÓN DEL EVEREST

Campo base del Everest Querido Javier Oliver Villuendas : Recuerdo, aunque no sé si lo he imaginado, que hace muchos años, no tantos como los de Maricastaña, me cantaban eso de “quisiera ser tan alto como la luna, ay,ay, ay…como la luna”.   Después, cuando todavía estaba en el capacete en los tiempos de balbucear “ajo”, mi padre estaba que se subía por las paredes del Fire; sí, sí, de verdad, yo estaba tomando el biberón. Papá era mi héroe, el único héroe que logró prender en mi por el resto y lo que queda de vida (deseo que sean muchísimos años) un amor inmenso por la montaña y el mundo de la naturaleza. Hoy mi corazón lo tengo en el Himalaya, concretamente, en ese Everest que enamora. Amigo Javi, estás en plena vivencia en el gigante de la tierra, allá donde el Yeti anda escondido y no se atreve a salir, donde en busca de esa cima y pendiente de superar el espolón Hillary, muchos son los aspirantes y escasos los elegidos. Espero que allí rubriques pronto en la c...

HORA BRUJA / DESPIERTA EN SU PROPIO SUEÑO

El Ebro, con las torres del Pilar al fondo. Foto: M.E. Soltera, muy señora ella, superados los ochenta, doña Paquita es la esencia del alma soñadora. Cree y siente la necesidad del amor que un día se apagó, pero que llegó a crecer con una intensidad abrasadora. Los residuos continúan y allí está ella para dar fe de unos tiempos que siempre se agitan en su interior. La conocí…, mi memoria se encuentra algo diluida…, no diré cuando. Puede que haya muchas Paquitas en el mundo como esta alma sensible que todos los días pasea su soledad, y que habla y transmite a quien le quiera escuchar. La mía es muy especial y de tarde en tarde me encuentro con ella, siempre bien atildada y con los labios rojos dibujando una sonrisa. Habla y canta sola, no importa, no está loca si bien la existencia no deja de ser una locura que cada uno la lleva como puede. Es posible que la vida no le salude como bien merece, pero ella sonríe a la vida, a pesar del letargo que sufre. Es primavera y el verano se acer...